

PROTAGONISTA DE «BLADE RUNNER 2049»
«TE SIENTES RARA CUANDO VUELVES A VER ¨BLADE RUNNER¨ PORQUE COMPRENDES QUE ES EL REFLEJO DE UNA SOCIEDAD QUE ES DIFÍCIL DE ACEPTAR»
Ya habías abierto tu carrera internacional con algunas películas previas, pero esta supone tu bautismo de fuego en tu carrera fuera de España. ¿Lo has vivido así, como un punto de no retorno en tu trayectoria?
— Ha sido una mezcla de un poco de todo. Primero, de mucho orgullo por formar parte de esta película y también momentos de mucho miedo, de nervios, de incredulidad, de todo un poco pero también muy inspirada y sabiendo que estaba en las mejores manos. Es lo más importante que he hecho en mi carrera a nivel personal, artístico y técnico. Han sido cinco meses de mucho aprendizaje en todos los sentidos y creo que ha salido bastante bien.
— ¿Cuál ha sido tu relación con Denis Villeneuve? ¿Sentías que podía tener encima mucha presión por el tipo de película al que se enfrentaba?
— En ese set no había nadie tranquilo (Risas). Creo que era imposible estar rodando y no saber el peso que se tenía encima. Por eso creo que entre otras cosas se han tardado treinta años en rodar una secuela. La gente involucrada en el proyecto estaba esperando primero la historia adecuada, y segundo, al director adecuado que tuviese una visión propia y acompañase al material. Denis es un director que quiere mucho a los actores, les respeta mucho y entiende lo complicado de la profesión y es muy agradecido. Tuvimos una relación muy abierta. No es un director habitual, es un autor muy colaborativo, muy tradicional y está muy pendiente de todo. No solamente se sienta detrás de un monitor para ver si estamos enfocados o no, está a cargo de todo desde el primer minuto, desde elegir el vestuario, el material, los colores, las luces, el diseño de los sets… El pánico era un poco por todo, por estar a la altura de los actores con los que iba a trabajar, por no decepcionar al propio Denis que me había elegido, por las expectativas de la película, por el inglés…
— ¿Cuál era tu relación previa con «Blade Runner»?
— Creo recordar que vi la película cuando tenía nueve o diez años y no entendí nada. Luego más tarde, la volví a ver y ya comprendí mucho mejor algunos de los temas que abarca. Te sientes rara cuando la vuelves a ver porque comprendes que es el reflejo de una sociedad que es difícil de aceptar. Es increíble pensar que en el año 82, Ridley Scott fue capaz de crear una profecía del presente que estamos viviendo actualmente, por eso pienso que se ha convertido en una película tan icónica e incluso ha ganado relevancia con los años.
— ¿Cómo conociste a Ryan Gosling y Harrison Ford?
— Ryan y yo nos conocimos en la audición. Hubo mucha química, nos llevamos muy bien y todo fue genial. Harrison, bueno, hay una historia que siempre cuenta por ahí (Risas). El primer día que fue al set a ver a Ryan, Ryan estaba haciendo una escena con una mujer gigante desnuda… Pues esa mujer era yo (Risas). Como tuvimos la inmensa suerte de construir casi todos los sets reales porque el director quería que nosotros estuviésemos interactuando con nosotros mismos, esa escena la rodé yo aparte, y el día que Ryan rodó la suya, construyeron una pantalla gigante enorme para que él me viese y pudiese actuar enfrente suya, y ese fue el día que Harrison visitó el set por primera vez y me encontró como una mujer gigante desnuda… Pero no, el día que lo conocí por primera vez a él, estaba vestida y a tamaño natural (Risas).
— Hace un momento hablabas del lado más artesanal del director. ¿Cómo fue la experiencia de actuar en estos «sets» y este mundo?
— Imagínate. En cualquier otra película contemporánea o de época, podemos sacar bastante información de lo que es el mundo o lo que fue a través de estos decorados, pero en el futuro no hemos llegado ahí. Sentir eso a un nivel sensorial es imposible, el hecho que hayan construido esos sets tan reales y hayan construido esa atmósfera, ese ambiente tóxico y la lluvia… Todo eso que había dentro del estudio para nosotros era increíble. Realmente nos sentíamos que estábamos viviendo dentro de ese universo y eso nos daba mucha libertad para improvisar. Si abríamos un cajón, algo había dentro, si apretábamos un botón, algo se accionaba. Todo estaba pensado. Es un regalo para los actores, lo único que tienes que hacer es mirar a los ojos a Ryan y decir tu texto.
— «Blade Runner» es de ese tipo de películas que no solo es arte sino que también tiene su dosis de negocio. No solo es un punto de inflexión en tu carrera sino que también lo puede ser en tu vida. ¿Cómo te preparas para ello?
— No sé, me lo tomo como viene, poco a poco. En mi vida en general muy pocas cosas han sido planeadas, todo ha sido bastante improvisado. No me gusta anticiparme para nada, ni crearme expectativas. Desde que decidí irme de Cuba, mis padres de manera inconsciente nunca me han hecho sentir que necesito volver a casa con un trofeo, nunca he tenido esa presión y no pienso ponérmela a mí misma. Se ven tantas cosas en una carrera, a gente que piensas que a partir de una película lo va a tener todo y luego no pasa nada. Esto es algo definitivamente inolvidable, parte de la historia del cine para siempre, pero no sé lo que va a pasar. Me lo tomo lo mejor que puedo, sigo siendo la misma persona, con mis amigos.
— ¿Sientes alguna inclinación hacia las películas de género?
— No especialmente, la verdad. Cuando te ofrecen una película de terror, ten por seguro que los próximos guiones que te van a llegar van a ser películas de terror. No es algo en lo que estoy interesada. La carrera de una actriz es corta y difícil. Todas las películas de las que he hecho estoy orgullosa, quizás ha sido casualidad o coincidencia que haya encadenado alguna película de género, pero si ya de por sí es difícil encontrar un personaje femenino, interesante para una actriz joven y encima latina, como para tener predilección por un género en concreto.
— ¿Qué le puede decir a tu generación esta película?
— Yo pienso que los personajes de la película y todos nosotros estamos un poco perdidos y estamos buscando nuestra identidad y buscando con qué conectamos. Actualmente la gente está más preocupada de conectar con Internet, con su teléfono, con gente que apenas se conoce que conectar humanamente y se han olvidado o perdido los valores y significado de cosas como el amor, la compasión, la empatía, la tolerancia… Y no sé, yo espero que la película en ese sentido asuste y que sea un poco una sacudida para la gente joven, que entienda que si no hay nada que realmente te conecte como ser humano, vamos realmente mal.
— Sin incurrir en revelaciones, que me imagino que no podrás… ¿Qué nos puedes contar de tu personaje?
— Hay mucho misterio relacionado con mi personaje porque como apenas aparece en la campaña de promoción (Risas). Es una gran sorpresa en la película y es un personaje bien complejo de explicar y de meterte en él porque tiene muchísimas capas, se va transformando, va aprendiendo y el punto de partida y donde acaba es algo totalmente increíble. Se llama Joi, es la amante de K, su única amiga, su única confidente, está ahí para señalar detalles que está pasando por alto o que no quiere ver y lo empuja a que termine su misión y que encuentre esas respuestas que está buscando. Es un personaje femenino muy fuerte, muy emocional.
Roberto Morato