

DIRECTOR DE «STAR WARS: LOS ÚLTIMOS JEDI»
Se pasó mucho tiempo tratando de hacer su primera película, «Brick», que finalmente pudo rodar por apenas medio millón de dólares. Tras ganar con ella el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance, y recibir un aluvión de otros reconocimientos incluyendo el Citizen Kane en Sitges al debut como director, Rian Johnson se embarcó en una brillante carrera que incluyó «Los hermanos Bloom», «Looper» y tres episodios de «Breaking Bad». Sin embargo, este antiguo estudiante de cine de la Universidad del Sur de California se convirtió en noticia cuando fue elegido por Kathleen Kennedy para dirigir «Star Wars: Los últimos Jedi».
Porqué te propusieron que escribieras el guión?
— La verdad es que Kathy Kennedy me contactó de improviso. Habíamos tenido algunas reuniones por otros proyectos, pero nunca me imaginé que estaban pensando en mí para Star Wars. Nos encontramos y me preguntó si me interesaba participar en el proyecto. Desde un primer momento hablamos de que yo escribiera y dirigiera. Eso es lo que hago. Siempre he escrito mis propias películas, y también las he dirigido, aunque fueran producciones pequeñas. Me han contactado en otras ocasiones para que me pusiera al frente de superproducciones, pero nunca me interesaron más que lo que yo estaba preparando para mí. En este caso, sentí que no podía decir que no. Es algo que me importa demasiado. Debo decir que la experiencia de escribir y dirigir esta película fue tan personal para mí como cuando hice cualquiera de mis otras películas. Siento que me dieron la libertad de contar una historia que me interesaba en un mundo que me fascina. Star Wars me ha entusiasmado desde que tenía cuatro años…
— ¿Fue una manera de conectarte con el niño que llevas dentro?
— Sí, claro. Fue esencial. Especialmente ante todas las expectativas que ha generado la película y la dimensión que tiene. No lo hubiera conseguido sin recurrir a mi niño interior y al fan que llevo dentro. La única forma de contar una buena historia es confiando en tus instintos.
— ¿Te inspiraste en algo en particular para escribir el guión?
— No. Es un guión completamente original que comencé a escribir desde cero. Tuve el apoyo creativo que necesitaba por parte de Kathy Kennedy y Lucas- Films para crear una historia que me interesara, pensando en lo que tendría sentido a fin de continuar aquello que ellos habían comenzado en la última película. Una vez que tuve la primera versión del guión, lo reescribí mil veces. Y debo decir que tuve la posibilidad de contar la historia que a mí se me ocurrió.
— ¿Cuál es la influencia de «El héroe de las mil caras», de Joseph Campbell, en la saga «Star Wars»?
— Creo que tuvo una gran influencia en las primeras películas, que a su vez tuvieron una gran influencia en mí. Porque son la esencia de lo que es el mito del héroe del que habla Campbell, y el paso de la adolescencia a la edad adulta. Creo que George Lucas hizo esas películas pensando en los niños de doce años que se sentían solos en el universo, y que sabían que iban a tener que lanzarse a un mundo escalofriante repleto de cosas que pueden dar mucho miedo. Esas películas hablan de como atravesar esa fase. El personaje de Rey y también el de Kylo son en cierta medida adolescentes. Ella tiene la luz de su parte, y simboliza la esperanza, mientras que el interés de él en el Lado Oscuro habla del enfado hacia los padres, que son las dos mitades de una unidad, de algo con lo que nos podemos identificar y que en el fondo es el paso de adolescente a adulto.
«“STAR WARS» ME HA ENTUSIASMADO DESDE QUE TENÍA CUATRO AÑOS» |
— ¿Cuál fue el mayor desafío en esta película?
— Trabajar con los actores y realizar la película fue un gran placer. Todo salió de manera muy fácil y el hecho de que haya sido algo tan grande nunca se convirtió en un inconveniente. A lo largo de todo el proceso sentí que el viento soplaba a nuestro favor. Además contamos con un gran equipo que se entregó al máximo para lograrlo. El mayor desafío estuvo en la escritura del guión, especialmente antes de que comenzara todo el proceso, porque como te contaba he sido un fan de Star Wars desde que tenía cuatro años, por lo que la posibilidad de ponerme al frente de esta película era algo que me resultaba un poco intimidante. Estar a la altura de la misión y continuar la historia de este universo era una posibilidad fascinante pero ciertamente me asustaba. Pero una vez que me involucré y me puse a hacer el trabajo, todo lo que al principio me parecía una gran carga terminó convirtiéndose en un ráfaga de viento que me ayudó a alzar el vuelo. En los cuarenta años que llevo escuchando estas historias, siendo algo tan cercano a mi corazón, de pronto me di cuenta de que tener la oportunidad de poder jugar de verdad con estos personajes que tanto adoro era lo mejor que me podía pasar. Me inspiré en todos mis sueños para estar a la altura de lo que requería el proyecto. De pronto sentí que tenía la posibilidad de volver a jugar con mis viejos juguetes, pero esta vez iban a ser de verdad. Me resultó algo muy natural. Y terminó siendo el período más divertido de mi vida mientras escribía una película.
— ¿Cómo fue tu colaboración con J.J. Abrams?
— Si conoces a J.J. te darás cuenta de que es una explosión de energía creativa andante, y además, si vas a necesitar a alguien para que te asesore, vas a querer que esa persona sea él. Eso fue trabajar con él. Me apoyó mucho a lo largo de todo el proceso. Él estaba filmando El despertar de la Fuerza mientras yo empezaba a escribir esta película, por lo que comencé leyendo su guión y tuve la oportunidad de ver qué era lo que estaba filmando y observar cómo los actores interpretaban sus papeles mientras yo iba armando mi propia historia. Después de crear el argumento y decidir por dónde iba a ir este film me senté con él durante un descanso de la filmación y le conté mi idea. Me imagino que había cosas que yo quería hacer que no era lo que él se esperaba. Pero me estimuló mucho y me dio toda la libertad para tomar esas nuevas ideas y ponerlas en práctica. Creo que no podría haber tenido a alguien mejor apoyándome en esta travesía, porque lo que hizo conmigo fue asombroso.
— ¿Es cierto que Carrie Fisher contribuyó con sus ideas a esta película?
— Sí. Uno de mis mayores tesoros de este proceso es que cuando escribí la primera versión del guión fui a casa de Carrie, nos sentamos en su cama durante cuatro o cinco horas, y nos quedamos todo ese tiempo analizando el guión. Ella era un tornado de ideas y de palabras. Me contó muchas historias, y después nos pusimos a hablar de arte para luego volver al guión. Me propuso un montón de frases para los diálogos, una cantidad igual de ideas y más tarde se puso a hablar sobre Leia. Me impactó cuánto le importaba el personaje, aunque pueda parecer algo obvio. Sentía una responsabilidad real, especialmente por haber sido la única mujer en las primeras películas. Solía ir a las convenciones y hablar con las niñas que se disfrazaban de Leia, pero también se ponía a conversar con las mujeres que eran niñas cuando se estrenaron los primeros films y les hablaba de la importancia que tenía Leia en la cultura popular. Ella llevaba eso como algo real en su corazón y se sentía responsable de mantener ese legado. Una buena parte de lo que hablamos es que quería que Leia, en esta película, estuviera a la altura de esa responsabilidad. Lo cierto es que revisamos el guión palabra por palabra. Estoy muy agradecido de haber tenido esa experiencia con ella. Fue algo asombroso.
— ¿Por qué crees que te llevaste tan bien con ella?
— Porque también escribía. Era brillante, tenía una mente asombrosa. Por eso las conversaciones que tuve con Carrie, los dos sentados en su cama, fueron como improvisaciones de jazz. A veces anotaba todo lo que me decía a lo largo de seis horas, y como resultado me quedaba con un diálogo de cuatro palabras que era la síntesis de todo lo que habíamos hablado.
— ¿Y cómo fue lo de trabajar con Mark Hamill?
— Siempre estaba dispuesto a hacer lo que hiciera falta. Lo primero que hicimos fue ir a Skellig Michael, que es esa pequeña isla desierta cerca de las costas de Irlanda. Ahí filmamos durante dos días. Por lo que empezó el rodaje teniendo que subir unos cien escalones de piedra. Así que le pusimos en movimiento de inmediato. Fue un placer trabajar con él. También fue duro, porque tiene a Luke Skywalker en su vida, un personaje al que le ha dado forma de muchas maneras en los últimos cuarenta años. Por eso que un jovencito nuevo llegue con un guión bajo el brazo, se lo dé y le diga que así es como van a ser las cosas en esta nueva película, fue algo fuerte para mí. Desde luego que no esperaba que me dijera que eso era exactamente lo que se imaginaba y que estaba listo para empezar a filmar. Sabía que íbamos a tener una conversación. Que me iba a plantear cosas y yo también a él, que teníamos que debatir las ideas que estaban en el papel, y así fue, como ocurre con todos los actores con cualquier papel que les toque. En este caso tenía que ser todo más intenso, porque este personaje tiene mucho que ver con Mark. Por lo tanto, cuando me senté con él por primera vez, lo hice con la actitud de que sabía que él era quien más sabía sobre Luke Skywalker, que era algo que estaba dispuesto a honrar y que por eso íbamos a tener una larga conversación sobre el tema. Hablamos mucho. Y cuando empezamos a filmar, me dijo que no estaba completamente de acuerdo con todo lo que estaba en el papel, pero que entendía las razones de cada decisión, y que por eso iba a darlo todo. Fue exactamente como lo dijo. A lo largo de todo el rodaje, trabajar con él fue un verdadero placer. Su trabajo en la película es extraordinario. Y estoy seguro que la audiencia se va a sorprender cuando le vean en el film.
— ¿Su papel es más grande que en la película anterior?
— Sí, claro. Tiene más diálogos. Su mayor participación en una película de Star Wars desde El retorno del Jedi. Eso es algo que te puedo prometer.
— Nos falta hablar de Joonas Suotamo, el nuevo actor que encarna a Chewbacca en ciertas escenas…
— Joonas es un actor con mucho talento y una persona muy dulce. En esta película, reemplazó a Peter Mayhew, que fue el primero que interpretó a Chewbacca y lo siguió haciendo a lo largo de los años. Joonas tuvo que calzarse unos zapatos muy grandes. Peter creó a Chewbacca y hay cosas que siempre estarán vinculadas a lo que hizo él. Por eso me pareció muy importante que Joonas sintiera que ahora el papel era suyo y que tenía que meterse dentro del personaje en lugar de tratar de imitar lo que había hecho Peter. En ese sentido fue muy interesante dirigirle en esta película. Hablamos mucho de la comedia del cine mudo. Le dije que mirara a Buster Keaton, que estudiara a Chaplin, y que se fijara en la forma como hacían su trabajo minuto a minuto. Cuando estás cubierto de pelo como en el caso de Chewbacca tienes que ser muy específico en cada movimiento que haces. Y eso fue algo en lo que Joonas trabajó muy duro. Hay un par de escenas en las que de verdad brilla. Además tiene unos ojos muy hermosos que se pueden ver detrás de todo el pelo que tiene en la cara. Creo que ha sido un cambio positivo.
— ¿Cuál es el rol que juega Kathleen Kennedy en la realización de estas películas?
— Es la reina. Mi relación profesional con ella ha sido muy fuerte porque tiene suficiente experiencia como para que nada le quite el sueño. Es capaz de navegar sobre las olas sin perder la sonrisa. No se asusta ante nada. En términos creativos, siento que ella me ha protegido, y Disney también ha sido maravilloso. He tenido tanta libertad creativa con esta película como con todas las que he hecho de forma independiente. Sentí que me apoyaban mucho y por otro lado me dieron espacio para que hiciera la película que quería hacer. Lograr algo así con un gran estudio es imposible a menos que haya una persona muy poderosa que te dé el espacio y te proteja. Y para mí, a lo largo de todo el proceso, esa persona ha sido Kathy. Además he sido fan suyo durante muchos años. Recuerdo haber visto un anuncio de E.T. cuando era niño donde decía: «producida por Kathleen Kennedy». Fue una de las primeras productoras de las que supe su existencia en mi niñez, porque todas las películas que me gustaban llevaban su nombre. Fui fan de Kathy y Frank Marshall mucho antes de conocerles.
— ¿Ella estaba en el plató todos los días?
— No. De vez en cuando venía a visitarnos, más o menos una vez al mes. Mirábamos juntos las escenas que habíamos rodado y de vez en cuando también hablábamos por teléfono. Pero no participó del proceso creativo ni estuvo demasiado involucrada en el rodaje. Estaba disponible cuando la necesitábamos y mantenía la distancia cuando su presencia no era requerida.
— ¿Cómo fue el rodaje en Pinewood?
— Lo pasamos maravillosamente bien haciendo esta película y fue una experiencia fantástica. Fui mi primera vez rodando en Pinewood, que en mi infancia era como Camelot. Lo veía como un lugar mítico donde se hacían las películas de Bond. El hecho de ir a trabajar allí todos los días fue un condimento más en una experiencia mágica.
«JOONAS SUOTAMO REEMPLAZÓ A PETER MAYHEW COMO CHEWBACCA EN CIERTAS ESCENAS» |
— ¿Cuál de todos los platós fue el más complicado?
— Si bien no puedo dar muchos detalles, en el making of se puede ver el mundo del casino que se llama Kantabai. Lo hicimos en el mismo foro de sonido en Pinewood donde se rodaron las películas de James Bond y por eso lo llaman el plató 007. Es el más grande que tienen y lo llenamos con esa escenografía. Pero más allá de lo gigantesco que era, fue algo muy especial porque todos los departamentos trabajaron juntos para crearlo. Neil Scanlon, que creó todas las criaturas mecánicas, hizo la mayor parte de su trabajo en la película solo para esas escenas. Creó una buena cantidad de extraterrestres. Y luego Michael Kaplan, que es nuestro diseñador de vestuario, hizo la ropa para todos los extraterrestres y los extras que participaron en esas escenas. No le pedí que hiciera trajes exóticos de ciencia ficción, le encargué que creara los smokings de Armani de Star Wars. Quería que todos estos individuos pudieran pasear por la alfombra roja de una entrega de premios y que todos los que les vieran sintieran que estaban muy bien vestidos. Luego los pusimos a todos juntos en el salón del casino y empezamos a rodar, porque la idea era que nuestros personajes pudieran pasearse por un lugar que pareciera real, donde no usamos una sola pantalla verde. Simplemente teníamos el plató y las criaturas que caminaban por ahí. Visualmente, la imagen era verdaderamente impactante. Diseñé una toma, de la que se puede ver un poco en el tráiler, que está inspirada en otra toma de la película muda Alas de 1927, en la que la cámara va pasando sobre una serie de mesas. Estaba estudiando esa toma y me di cuenta de que es una manera muy inteligente de mostrar un sitio muy grande porque si haces un plano general, que se va moviendo, el público se marea, porque tus ojos no pueden fijarse en algo en particular. Pero si lo haces de esta forma, ves todo lo que ocurre mediante tu visión periférica y entonces si vas a poder verlo todo. Y así fue como creamos esta toma épica en la que se ve todo el casino. Y para mí eso es lo máximo que puedes pedir de los efectos mecánicos en un plató. Fue muy estimulante.
— ¿Ves alguna conexión entre estas nuevas películas y la situación política actual?
— Tal vez. Siento que todas las películas de Star Wars funcionan muy bien como alegorías de lo que está pasando en el mundo real, aunque no haya analogías políticas deliberadas. Creo que eso es precisamente lo que las vuelve tan poderosas. Al vivir en esta época, estamos absorbiendo todo lo que ocurre en nuesta sociedad, y por lo tanto, si uno logra gestar una verdad emocional al escribir un guión, eso se va a reflejar en el mundo que le rodea. Es lo que he tratado de hacer con esta película, aunque créeme que no vas a encontrar a ningún extraterrestre con una peluca de color naranja diciendo que va a hacer que la galaxia vuelva a ser grande otra vez…
— ¿Es cierto que estuviste haciendo fotos durante la filmación?
— Sí, porque en cuanto empezamos a filmar me di cuenta de que tenía un lugar privilegiado para todo ese material del making of que como fan me encanta. Además, era el único que podía hacer fotos sin que se me tiraran encima los guardias de seguridad, además del fotógrafo que teníamos en el plató. Llevo siempre conmigo una pequeña cámara que compré antes de dirigir Looper. La llevaba siempre en el brazo, y cada vez que veía algo interesante simplemente disparaba. Terminé tomando miles de fotos de todo el proceso. Como era consciente de que esta iba a ser una oportunidad única, no la desaproveché, y ahora tengo muchísmos recuerdos de la filmación.
— ¿Hubo nuevos avances tecnológicos que influyeron en el desempeño del robot BB-8 como actor?
— Claro que sí. Los mejores consejos que recibí cuando me involucré en este proyecto fue el de los editores de J.J., que me dijeron que no desperdiciara ninguna oportunidad con BB-8. Y les hice caso. Es el Buster Keaton de esta película.
— ¿Hay algún nuevo personaje?
— Tal vez sean unos cuantos. Hay un par de personajes muy divertidos, uno en particular, que es interpretado por la actriz más pequeña que te puedas imaginar, Kelly Marie Tran, que interpreta a Rose Tico.
— Llevas dos décadas trabajando en esta industria y las cosas no siempre te han ido tan bien como ahora. ¿Qué fue lo que te impulsaba a seguir?
— No lo sé. Creo que soy muy afortunado. Fui a una escuela de cine. Cuando me gradué, escribí el guión de mi primera película, un film independiente de bajo presupuesto. Me pasé los siguientes ocho años tratando de filmarlo. A los veintitantos estaba arruinado y luchaba para sobrevivir, y mi impresión era que nunca iba a llegar a nada. Tuve que darme cuenta de que esa era una posibilidad, porque por otro lado sentía que tenía que poder ser feliz en la vida aunque no lograra hacer películas. Así que puse mis energías en mi familia y en la gente que amaba, aún sabiendo que lo del cine podía no funcionar. Y, poco antes de cumplir los treinta años, logré filmar la película. Siento que desde entonces he logrado engañar al mundo porque me han dejado seguir haciendo películas. Con cada una que termino he podido poner en marcha la siguiente. Por eso me siento el tío más afortunado del mundo. Y lo que ha ocurrido en los últimos años me parece un sueño. Todavía no me lo puedo creer…
Gabriel Lerman