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ORCA,LA BALLENA ASESINA

No cuesta nada ver en Orca, la ballena asesina (Michael Anderson, 1977) una consecuencia directa del estruendoso éxito, dos años antes, de Tiburón. De hecho, el proyecto se puso en marcha en 1975, el mismo año del estreno de film de Steven Spielberg, después de que el productor italiano Luciano Vincenzoni telefoneara en plena noche a su amigo Dino de Laurentiis para proponerle la idea. No está claro si la película nació espontáneamente porque Vincenzoni acababa de ver Tiburón, o porque había tenido acceso a la novela «Orca», escrita por Arthur Herzog, también conocido como Arthur Herzog III. Herzog es asimismo autor de la novela «El enjambre» (1974), la cual daría pie a la homónima superproducción catastrofista producida y dirigida por Irvin Allen en 1978, si bien «Orca» no llegaría a las librerías hasta 1977, coincidiendo con el estreno de la película. De Laurentiis, que en aquellos momentos barruntaba la posibilidad de hacer una secuela de su King Kong (John Guillermin, 1976) –que no haría hasta muchos años después: King Kong 2 (Guillermin, 1986)–, se decantó por Orca, la ballena asesina.



Con un presupuesto, bastante elevado para la época, de 6 millones de dólares, el film sería una coproducción entre Estados Unidos (donde De Laurentiis tenía fijado su cuartel general), Italia y Holanda. Vincenzoni escribió el guión junto con Sergio Donati y un no acreditado Robert Towne, y el rodaje tuvo lugar en exteriores de Terranova y Labrador, en el noreste de Canadá, y en la localidad de Petty Harbour- Maddox Cove, a 15 kilómetros de la capital de la provincia, San Juan de Terranova. Otras localizaciones fueron los parques acuáticos californianos Marineland of the Pacific y Six Flags Discovery Kingdom. Aunque se utilizaron dos orcas reales, llamadas Yaka y Nepo, las escenas peligrosas corrieron a cargo de animatronics creados por Alex Weldon, cuya utilización provocó protestas de grupos de defensa de los derechos de los animales, quienes consideraban que las orcas artificiales confundían a las auténticas. La filmación se completó en la calurosa Malta, donde el decorador Mario Garbuglia construyó un ingenioso decorado flotante que simulaba ser el helado océano polar de Labrador. Estrenada en los EE.UU. el 22 de julio de 1977, Orca, la ballena asesina no fue un gran éxito comercial –donde, a pesar de todo, hizo unos también para la época dignos 14 millones de dólares–, pero devino muy pronto una película de culto.



Orca, la ballena asesina se recuerda como una de las más estimables «consecuencias» del éxito de Tiburón, mal que le pesara a su actor protagonista, el excelente y malogrado Richard Harris, que se ponía furioso cada vez que alguien comparaba la película dirigida por Michael Anderson con el éxito de Spielberg. Sea como fuere, el film de Anderson está recorrido por un aliento trágico que contribuye a dotarlo de cierta consistencia y espesor dramáticos: el capitán Nolan (Harris) mata accidental a una orca hembra embarazada cuando pretendía capturar con vida al macho, desatando la ira vengativa de este último; a su pesar, Nolan comprende y comparte el dolor del animal, porque él perdió a su esposa embarazada por culpa de un conductor borracho; la orca atrae al barco de Nolan hacia una zona helada al norte de Labrador, donde el animal y el hombre tendrán su duelo final, que acabará con la muerte de ambos… La melancólica partitura de Ennio Morricone contribuye a acentuar esa atmósfera de tragedia, la cual solo se ve perturbada por la mecánica y funcional puesta en escena de Anderson, por más que la misma quede compensada por apuntes fantastiques –la bióloga marina Rachel Bedford (Charlotte Rampling) y el esquimal Umilak (Will Sampson) advierten a Nolan de la inteligencia de las orcas–, y buenos momentos de acción: el ataque de la orca a un enorme tiburón blanco –que sería retomado en Tiburón 2 (Jeannot Szwarc, 1978), solo que en esta ocasión es el cetáceo quien perecerá entre las fauces del escualo–; el hundimiento de los barcos pesqueros; el incendio del muelle; y, sobre todo, la escena en la que la orca arranca la pierna escayolada de la desdichada Annie (Bo Derek).

Dr. Cyclops

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