

Atrapar al monstruo
Tras ese acontecimiento un tanto pocho que fue «The Defenders», y el interesante desvío que supuso «The Punisher», Marvel Television produce para Netflix la segunda temporada de una de sus series estrellas, «Jessica Jones». Hemos tenido la oportunidad de ver los cinco primeros episodios de la misma, que siguen muy en la línea de los anteriores.
Una vez cruzada esa piedra de toque –a nivel creativo, un tanto decepcionante– que era The Defenders, a las series individuales Marvel/Netflix les toca volver a sostenerse sobre sí mismas, sin necesidad de enfocarse en futuras tramas entrecruzadas. De lo que esta segunda temporada de Jessica Jones ha salido, precisamente, beneficiada, porque el hecho de poner por delante las producciones que debían dar pie al mencionado crossovers, según le explicaba Krysten Ritter a «Enterteinment Weekly», les dio «una oportunidad extraordinaria para desarrollar la historia, porque con ese tiempo adicional, Melissa y su equipo lo pudieron escribir todo por adelantado. Lo que nos permitió profundizar más». La showrunner de la serie, Melissa Rosenberg, le acotaba al respecto a «Squire» que «la mitad del trabajo de escribir es reescribir, y trabajar para una cadena por cable te da tiempo para ello. Aquí hemos contado con un calendario incluso más generoso».
Si hay algo que la guionista sacó en claro de su trabajo en Dexter es que «puedes hacer avanzar a tu personaje, pero jamás debes curarlo. Con Dexter, en el momento en que se hubiera sentido culpable o hubiera aceptado que era “malo”, te habrías quedado sin serie. Ya no sería un sociópata. El equivalente para nosotros sería que Jessica, de alguna manera, se recuperara del daño que le han hecho. La gente no se cura así, no pasa algo de ese calibre y dicen: “Ah, le han arrestado. Está en la cárcel, ya estoy bien”». Así pues, si la primera temporada se enfocaba «en el trauma de Jessica, y en su enfrentamiento con su maltratador», en la nueva temporada de capítulos han querido «profundizar todavía más», en el sentido de que, en realidad, la detective «ya estaba hecha un lío cuando Kilgrave llegó a su vida, así que hemos querido escarbar más en ese caos y pelar todas esas capas para llegar al centro de todo». Como señala Ritter, «incluso en los cómics originales, le han pasado muchas cosas. Te da pena… Siempre piensas: “Uff, es que lo ha pasado fatal”. Y aun así, sigue luchando. Por eso la adoro».
EL ORIGEN DE JESSICA
El arranque de esta segunda temporada de Jessica Jones obvia, en gran medida, lo ocurrido en The Defenders, algo que la propia protagonista justifica diciendo que, en realidad, para la historia global del personaje «fue como un parpadeo en el tiempo». De ahí que, en los nuevos capítulos, la detective (Ritter) arranque «en un lugar mental bastante oscuro», en gran parte por sus dificultades para sacar adelante Alias Investigations con la ayuda de su vecino Malcolm (Eka Darville), sobre todo debido a su actitud cínica y distante… A lo que se une que las investigaciones de su amiga Trish (Rachael Taylor) acerca de los experimentos de la misteriosa corporación IGB que le dieron los poderes a Jessica empiezan a dar frutos, lo que coincide con el brutal asesinato de varias personas relacionadas con la misma que podrían haberles dado pistas sobre la misma. Por si fuera poco, el nuevo casero del edificio, Oscar (J.R. Ramirez), le da un mes para abandonarlo porque está incumpliendo la ley de arrendamiento, y un detective de alto standing, Pryce Cheng (Terry Chen), le ofrece incorporarse a su agencia y trabajar para él… De lo que Jessica tendrá que defenderse, como es habitual en ella, a base de ingenio y de mal carácter, al menos hasta que se le interponga un nuevo enemigo mucho más peligroso…
La intención del equipo liderado por Rosenberg ha sido, tal y como explica la propia Ritter, «hacer que la historia siguiera siendo muy personal. Si la primera temporada se situaba más en su mente, esta se centrará más en su corazón. Esta temporada es más emocional. Sigue siendo un “thriller” psicológico, pero esta vez con más emoción ». Ahí está, precisamente, la gran fortaleza de esta segunda tanda de capítulos de Jessica Jones. A diferencia de otras producciones de Marvel/Netflix como la segunda temporada de Daredevil, Iron Fist o la propia The Defenders, la (posible) evolución de los personajes no parte de la trama, sino al contrario: esta, si bien siempre hasta cierto punto, se convierte en una especie de proyección de las cuitas interiores tanto de su protagonista como de sus allegados, la mayor parte de ellos tan o más torturados que aquella. Eso hace que quizás no sea tan pulp como otras adaptaciones de la Casa de las Ideas, pero sí mucho más sólida y, lo que es más importante, menos irregular –al menos, en los capítulos que he tenido la oportunidad de ver–.
En esta época en que se reivindica más que nunca la inclusión de la mujer dentro de la industria cinematográfica, hay que aplaudir la iniciativa emprendida por Rosenberg con el beneplácito de Marvel Television: las tareas de dirección y de escritura de todos los episodios de esta segunda temporada de Jessica Jones las han asumido féminas. Lo cual no es importante solamente como gesto feminista (que también), sino también porque le imprime a la serie una sensibilidad especial, un tanto alejada de los excesos testosterónicos de otros personajes Marvel –no hay rastro aquí, como ocurría en la anterior temporada, de las set pieces de series como Daredevil: de hecho, Jessica utiliza sus poderes en muy contadas ocasiones–, que juega con una mixtura de códigos genéricos que le dan mayor peso a lo psicológico y a lo emocional.
Lástima que esa personalidad que la serie tiene sobre el papel, y en las interpretaciones de sus actrices principales, no se traslade al trabajo de fotografía de Manuel Billeter, que vuelve a repetir el mismo look plano, meramente funcional, de la mayoría de las producciones Marvel/Netflix. Es probable que se trate de falta de tiempo (o de presupuesto), pero la verdad es que Marvel Television debería plantearse mimar un poco más sus productos a nivel visual y, a cambio, quizás reducir la excesiva duración de sus capítulos: si eso permite, además de cuidar más el acabado de los capítulos, evitar tramas de relleno y desvíos argumentales innecesarios, quizás va siendo hora de que abandonen unos esquemas de trabajo tan cerrados y tan inmovilistas.
Tonio L. Alarcón
USA, 2015-. T.O.: «Jessica Jones». Creadora: Melissa Rosenberg. Intérpretes: Krysten Ritter (Jessica Jones), Rachael Taylor (Trish Walker), Eka Darville (Malcolm Ducasse), J.R. Ramirez (Oscar), Carrie-Ann Moss (Jeri Hogarth), Janet McTeer (Paciente de IGH), Terry Chen (Pryce Cheng), Leah Gibson (Inez Green). |
En resumidas cuentas■ LO MEJOR: Krysten Ritter. Lo bien que mezcla el noir y el relato superheroico. ■ LO PEOR: Las tramas de relleno. La fotografía, plana y sosa. La secuencia: Malcolm, entrando en el despacho de Jessica mientras alguien roba, y las inesperadas consecuencias. El momento: El personaje de McTeer, destrozando un piano con sus manos desnudas. La imagen: Cierto personaje secundario con el cuello partido. El diálogo: «Nunca tomo un no por respuesta» (Cheng), «Qué violador por tu parte» (Jessica). ¿Por qué…: Marvel Television no apuesta más por showrunners sólidos como Rosenberg? |