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Anthony y Joe Russo: Directores de «Vengadores: Infinity War»

El sitio donde tiene lugar la entrevista no podría ser más anodino. Un gigantesco plató completamente vacío, en el que apenas hay una mesa y unas sillas, en el enorme complejo que los estudios Pinewood tienen en Atlanta. Sin embargo, a pocos metros de allí hay otros platós que quitan el aliento, y en los que se nota que no han reparado en gastos. Anthony y Joe Russo son los responsables máximos de la gigantesca operación, pero mientras cuentan algunos pormenores del rodaje de «Vengadores: Infinity Wars» y su continuación aún sin título, estos dos hermanos que se han convertido en la mano derecha de Marvel se relajan y disfrutan de la conversación, en la que queda en claro que son fans rabiosos de los cómics que han hecho realidad sus sueños de infancia.


Por qué decidisteis filmar las dos últimas películas de los Vengadores, aunque seguidas, por separado?

Anthony Russo: Es muy simple. Creo que cada una de estas dos películas están entre lo más complicado que se ha intentado en el mundo del cine, simplemente por sus dimensiones. Son gigantescas y hay muchísimos personajes involucrados. Mientras preparábamos las dos películas nos empezó a quedar claro que teníamos que separar los rodajes, porque cada una era tan compleja que si empezábamos a mezclarlas todo se iba a volver demasiado difícil. Hay muchos actores con los que tenemos que comunicarnos bien para explicarles la evolución de sus personajes, para que nadie se pierda o se confunda, y para que cada uno entienda cuál es su historia, pensamos que iba a ser mucho más simple si no mezclábamos las cosas. Cuando comenzamos el proceso, en nuestras reuniones hablábamos de las dos secuelas como si fueran una misma película, y nos terminábamos quedando todo el día encerrados en la habitación porque era mucho lo que teníamos que resolver. Y así fue como llegamos a esa decisión.

Joe Russo: Para que todo fuera mucho más eficiente.

— ¿Es cierto que estáis tratando de diferenciar el tono de las dos películas?

JR: Por supuesto. Son muy distintas entre sí. Podríamos describir a la película como una de atracos, porque la esencia es que Thanos quiere obtener las piedras. De la segunda prefiero no hablar porque va a estrenarse un par de años después, pero sí puedo asegurar que el tono que va a tener va a ser muy diferente.

— ¿Cuál diríais que ha sido el mayor desafío de este proyecto?

JR: La falta de sueño…

AR: Es el proyecto más complejo y más duro que hemos hecho en nuestra carrera. Pero nos encanta…

JR: La ambición es lo que nos entusiasma…

AR: Es cierto. La ambición era algo muy importante para nosotros en cuanto a lo que era la esencia de esta historia, porque era la manera correcta de ir cerrando el camino que el Universo Cinematográfico de Marvel ha recorrido hasta este punto. Pero es muy duro, muy difícil, porque hay un montón de piezas que deben unirse. Llevamos 140 días de filmación, el proceso ha sido muy largo.

JR: Pero estamos muy contentos, tenemos un muy buen material y los actores están muy entusiasmados. Hay mucha camaradería entre ellos y cada uno tiene claro que estas son películas que pasarán a la historia, porque es algo que se nota en las dimensiones de lo que estamos haciendo y lo ambiciosos que somos con respecto a lo que queremos contar. Hay una gran cantidad de actores que han ganado el Premio de la Academia que a lo mejor tienen solo un día de trabajo. Muchas veces el que aparece con el número 40 en la lista de los que van a participar es uno de los grandes actores de su generación. Es una propuesta única, que nos entusiasma cada día y nos ha permitido divertirnos mucho.



—¿Encontrar un equilibrio entre todos los estilos de las diferentes películas de Marvel es uno de los desafíos?

AR: Sí, pero tanto a Joe como a mí siempre nos ha interesado trabajar con repartos muy grandes y contar muchas historias simultáneamente. Si te fijas en nuestra trayectoria vas a ver que es algo que hemos hecho tanto en nuestro trabajo televisivo como en nuestras primeras películas. Es algo que se puede ver también en El Soldado de Invierno y en Civil War. Nos encantan las narraciones complejas, que no tienen un solo protagonista, porque eso te permite tener múltiples perspectivas, desde el punto de vista de muchos personajes. Nos encanta la solidez que te da esa manera de contar las cosas. También nos gusta lo que eso le da a la audiencia, que pueden identificarse con diferentes personajes en momentos diferentes de la narración por las razones personales que puedan tener para hacerlo. Lo que precisamente nos encanta de este tipo de narración son los desafíos que implica. Pero es cierto, hay muchos personajes y parte de nuestro trabajo es encontrar un equilibrio, y decidir cuánta narración le dedicamos a cada uno.

JR: Es difícil de encontrar otra franquicia aparte de El Señor de los Anillos donde haya una historia con tantos personajes a la vez. Tal vez Nashville de Robert Altman lo hizo, había muchísimos personajes, cada uno con su historia para construir una sola película. Creo que lo más notable de estas películas es que involucran a personajes de muchas franquicias con los que la gente tiene una conexión emocional. Cuando los pones a todos juntos, la expectativa de la audiencia es que se van a sentir satisfechos con cada uno de los personajes, porque les adoran en cada una de sus franquicias. Creo que la misión más complicada en este proyecto ha sido darle forma a una historia que satisfaga al espectador en un plano general, y le permita seguirla, porque es muy compleja.

— ¿Cuán complicado fue lidiar con tantos egos a la vez?

JR: No ha sido un problema. El elenco se ha portado muy bien. Esta tampoco ha sido una película fácil para ellos. Hemos mantenido el secreto con respecto al guión y muchos de los que participaron no pudieron leerlo entero. En realidad, han sido muy pocos los que han podido hacerlo, porque los secretos que encierra el guión han sido celosamente guardados. Aunque la información de la que han podido disponer ha estado muy restringida, siempre se han mostrado muy abiertos y han estado disponibles para nosotros. Nos lo estamos pasando muy bien, y creo que una de las razones por las que nos gustan tanto los grandes elencos es que crecimos en una gran familia italiana. Nos gusta la gente con mucha personalidad y afortunadamente tenemos de todo tipo en este grupo. Hay la misma camaradería que en un campamento de verano, incluso cuando se unen mundos diferentes. Cuando están todos los Guardianes junto a la mitad de los Vengadores, se genera una energía muy especial. Todos entienden cuál es el objetivo. A decir verdad, no hemos tenido ningún conficto.

— ¿Y todos participan en la creación de la película?

JR: Por supuesto, porque entienden mejor que nadie sus personajes. Siempre aportan muchos elementos, pero además nosotros escribimos y agregamos cosas todos los días. La escena que filmamos hoy con Tom Holland y Robert Downey Jr. la reescribimos por la mañana con él, 10 minutos antes de que comenzáramos a filmar, para poder tener la mayor autenticidad en la escena e incorporar todos esos matices de Tony Stark que Robert conoce mejor que nadie. Por lo que cada día es una verdadera fiesta de colaboración.


«Hicimos una película sobre un divorcio y ahora la familia se ha dividido»


— ¿Os parece que algunos de estos actores, que han firmado contrato por 5 o 6 películas, no tienen ganas de marcharse de la franquicia?

AR: Sí, totalmente…

JR: Es un capítulo muy importante de sus vidas.

AR: Además son proyectos que siempre les han entusiasmado mucho, y no solo a ellos, sino también a la audiencia. Eso ha hecho que sea algo muy especial. Son todos actores cinematográficos, pero en cierta forma, es como una serie, y se han convertido en actores de televisión en ese sentido, porque tienen una conexión muy fuerte con un personaje al que han interpretado durante varios años. Es un proceso muy complejo para ellos el decir adiós.

AR: Sobre todo porque, si pudiesen conservar estos personajes, podrían seguir evolucionando infinitamente.

— ¿Cómo hacéis para no confundiros entre Chris Hemsworth, Chris Pratt y Chris Evans?

AR: Muy fácil, les llamamos por el apellido…

— ¿Cómo describiríais la historia en trazos generales?

AR: Ha llegado el momento en que Thanos toma la decisión de tratar de conseguir las piedras que está buscando, para poder concretar el sueño que tiene, que considera totalmente altruista, y algo que va a traer equilibrio y bienestar al universo. Tiene una idea muy concreta de lo que el universo necesita.

JR: Pero además es increiblemente narcisista y un sicópata, pero cree que lo que está haciendo es muy noble. — ¿Groot aparece? ¿Qué edad tiene?

JR: Sí, aparece y es un adolescente. Es el que se ve al final de Guardianes 2, aunque es un poco más mayor, porque nuestra historia transcurre unos cinco años después del final de esa película.

— Por lo general los Vengadores, aún con sus enfrentamientos, luchan todos por un mismo fin. Pero ahora se suma Thanos a este mundo. ¿En qué medida él logra seducir a algunos de los superhéroes?

JR: No hay tanto una seducción como consecuencias de la Guerra Civil. Hicimos una película sobre un divorcio y ahora la familia se ha dividido. Cuando este film empieza, han quedado resentimientos, emociones no resueltas y conflictos pendientes, que es cuando Thanos se lanza a obtener las piedras. Y todo eso tiene un impacto en la película.

— ¿Cómo describirías al Thanos de Josh Brolin?

JR: Es un personaje muy complejo emocionalmente. Tiene características shakespearianas. Brolin ha hecho un trabajo asombroso, sobre todo porque uno podría decir que la película está contada desde la perspectiva de Thanos. En ese sentido, él lleva el film adelante. Hace un villano muy interesante con el que en ocasiones vas a terminar simpatizando, aunque esté haciendo cosas horribles. A Anthony y a mí nos gustan las películas complejas. No nos interesan los villanos superficiales. Zemo en Civil War tiene una motivación muy personal, porque su familia ha sido asesinada y culpa a los Vengadores por lo que ha pasado. El personaje de Robert Redford en El Soldado de Invierno está tratando de argumentar filosóficamente que hay que adelantarse al crimen y a la violencia antes de que ocurran, usando más violencia para detenerlos. Y son cosas que podrían ser discutibles. Thanos tiene una visión para el universo en la que cree que hay que encontrar un equilibrio eliminando ciertos segmentos. Cree que su punto de vista es válido, y tiene que creer en lo que dice y hace, porque de otro modo el film no funciona.

— Cuando hicísteis «El Soldado de Invierno» teníais muy claro que era un homenaje a «Los tres días del condor ». ¿Cuáles son las películas que os han inspirado para hacer estas?

AR: En cada película que hemos hecho nos hemos inspirado en otras películas.

JR: Somos fanáticos del cine y es algo que nos estusiasma. Nos tenemos que pellizcar todos los días para darnos cuenta de que de verdad estamos haciendo películas, porque crecimos mirando y adorando muchos films. Por eso cuando le damos instrucciones a nuestro equipo técnico, siempre usamos referencias a cosas que hemos visto. En este caso ha sido un poco diferente porque tenemos una idea narrativa muy específica. Una vez que tenemos clara la historia, comenzamos a agregar detalles que definen el estilo, y ahí hablamos de las películas que nos van guiando.

JR: De todos modos, para este film hemos hablado mucho de películas de la década de los 90, como Dos días en el valle y Un romance muy peligroso, en las que hay muchos personajes que están tratando de conseguir un mismo objeto.

—¿Cómo coordináis una producción tan grande, y sobre todo compartiendo actores con «Ant Man y la Avispa», que se rueda en el mismo complejo?

AR: Constantemente nos estamos moviendo de un sitio a otro. Tenemos un carrito de golf, y si te paras en la puerta de nuestras oficinas, verás que vamos y venimos unas quince veces al día. Pero para poder cumplir con los tiempos tenemos que ir simultáneamente a varios platós, porque de otra forma no podríamos filmar todo lo que necesitamos, sobre todo con la ambición de poder hacer una película a esta escala. Por suerte, contamos con un equipo de colaboradores que gozan de nuestra total confianza, con los que hemos trabajado desde El Soldado de Invierno: Dan DeLeeuw, nuestro supervisor de efectos visuales, Jeff Ford, nuestro editor, Sam Hargrave, nuestro director de segunda unidad, y Trent Opaloch, nuestro director de fotografía.

— ¿Habéis rodado en otros sitios?

JR: Sí, hicimos localizaciones en Escocia. Y hay algunos platós que son demasiado grandes para el estudio y tuvimos que montarlos en otros sitios en Atlanta, pero la mayoría de la filmación tiene lugar aquí.

AR: Y hemos hecho trabajo de segunda unidad en muchos sitios alrededor del mundo.



— ¿Por qué filmásteis en Escocia?

JR: Porque tenemos una conexión muy especial con Escocia. Mi hija está estudiando en la universidad allí. Y nos funcionó muy bien para la película, porque estábamos buscando una localización muy especial y casualmente Edimburgo, que es una de las ciudades más hermosas de Europa y del mundo, no se ha usado demasiado en el cine. Por lo tanto sentimos que era una buena opción. Cuando buscamos un lugar para ambientar una escena, muchas veces el tono y el ambiente tienen mucho que ver. Y Edimburgo era perfecta para lo que necesitábamos. Hay muchísimas localizaciones y lugares exóticos, porque la historia transcurre en varios planetas. Además, estas son películas que sacan a los Vengadores de su zona de confort. Thanos es un personaje intergaláctico, por eso teníamos que mostrar muchos rincones del universo.

— ¿Cuanto hace que estáis trabajando en este proyecto?

JR: Llevamos unos dos años. Parte de lo que tanto nos gusta de trabajar con Marvel es que, una vez que te ganas su confianza, tienes una libertad enorme en la compañía. Comparado con otros estudios, es un ambiente creativo muy seguro. Tenemos una relación laboral muy fuerte con Markus y Mc- Felley, y los cuatro funcionamos muy bien porque ellos han trabajado en siete guiones para Marvel, nosotros hicimos cuatro películas como directores, y conocemos muy bien a todos los personajes y en cierta forma sentimos que son nuestros, en particular el Capitán América y Tony Stark, que son siempre los que llevan la voz cantante en las películas de los Vengadores. En síntesis hemos puesto dos años de trabajo con Markus y McFeely, sentándonos en un cuarto y usando tarjetas al estilo de Una mente maravilosa todas desparramadas por las paredes, con imágenes que nos han inspirado. Ha sido una conversación detrás de otra. Comenzamos definiendo cuáles van a ser los temas que vamos a tratar en cada película para tener claro qué es lo que queremos decir en cada una, y una vez que definimos cuáles son los temas, hablamos de las grandes ideas que se desarrollan en esas películas, hacia dónde queremos que vayan los personajes y cuál es el final de cada una. En ambos films, sabíamos cuál iba a ser el final antes de tener claro de qué manera íbamos a desarrollar la historia, porque si esto fuera un libro, estos serían los últimos capítulos de los diez primeros años de Marvel. Para nosotros era muy importante saber hacia dónde estábamos llevando nuestra historia. Los cuatro decidimos qué era lo que queríamos contar y luego lo escribimos, pero estamos haciendo ajustes de forma constante durante el rodaje, porque como ya hemos dicho son películas muy especiales. Cuando tomas personajes que pertenecen a diferentes franquicias, cada uno tiene un tono distinto, y es muy difícil combinarles.

AR: Este ha sido un proceso diferente a los anteriores. Cuando nos preguntaron si queríamos hacer otra película del Capitán América después de El Soldado de Inverno, lo que nos cuestionamos fue adónde podíamos llevar al Capitán y qué es lo que podíamos hacer con él. Y así fue como empezaron a surgir ideas sobre nuevas y complicadas situaciones que nos entusiasmaban, mientras que en el caso de estas películas tuvimos que pensar primero en el final, porque eso es lo que guía todo el proyecto. No fue algo tan simple como encontrar un camino hacia algo interesante y que resulte fresco, sino tratar de ver la mejor forma de llegar hacia el final.

— ¿De qué manera ha cambiado vuestra forma de dirigir en estas cuatro películas?

JR: Obviamente en las primeras dos teníamos el punto de vista del Capitán América, y eso implica tener que usar las cámaras y la iluminación de una determinada manera. En cambio estos dos films se guían por una idea mucho más vasta, y el trabajo con la cámara es muy distinto a las películas del Capitán América, y lo mismo vale para el punto de vista, la iluminación, la escala, el vestuario y el tono. Por lo tanto no sé si han cambiado las cosas, sino que hace falta una estrategia distinta.


«Conocemos muy bien a todos los personajes y los sentimos como nuestros»


— ¿Cómo pensáis en la postproducción mientras filmáis estas películas?

JR: Es un proceso muy elaborado. Lo primero que tenemos que definir es si vamos a trabajar con efectos especiales físicos o digitales. Eso se decide en una reunión con todo el equipo donde describimos exactamente lo que queremos, lo que estamos buscando, que tipo de efectos vamos a necesitar, cómo se tiene que ver, que es importante para nosotros, cómo nos gustaría ejecutarlo y cómo lo queremos filmar. Es entonces cuando se toman las decisiones, sobre si conviene hacerlo de forma física o no, si es mejor usar utilería y vestuario, o inclinarnos por el trabajo digital, porque hay cosas que es mejor poder verlas en la cámara, ya que los actores pueden interactuar con ese elemento y el operador de cámara puede encuadrar mejor la toma. Hay escenas que se benefician de que los objetos se puedan tocar cuando la estás filmando, y en otras ocasiones esos mismos objetos pueden resultar molestos e impedir que logres tu cometido, porque es algo que no se podría realizar en la realidad. Por lo tanto siempre estamos buscando dónde conviene usar una estrategia o la otra. Siempre es preferible que haya una conexión con la realidad, y por lo tanto en la medida que esté dentro de nuestras posibilidades vamos a apostar por los efectos prácticos antes que por lo digital, pero a la vez, no quieres que eso te imponga un límite.

— Se ha dicho que el presupuesto de estas dos películas suma unos 350 millones de dólares. ¿Eso os genera presión?

JR: Es algo que debemos ignorar. Cualquier cosa que crea presión no ayuda a crear una buena película, por eso uno tiene que olvidarse de eso. Es parte de la razón por la que disfrutamos haciendo estas películas, porque tenemos como un botoncito en nuestro interior con el que apagamos todo lo demás e ignoramos el ruido de fondo. Ese se debe a que tenemos una tremenda confianza el uno en el otro, y si nos miramos y nos preguntamos si estamos conformes con lo que hemos obtenido, nos basta una aprobación del otro para seguir adelante.

AR:Para nosotros todo es muy simple: tenemos una historia que queremos contar, y por eso nos concentramos en la forma en que queremos hacerlo. A veces contamos con grandes recursos, como en este proyecto, y en otras ocasiones, debemos hacerlo con muchas menos alternativas.

— ¿Cuál es la influencia que han tenido los cómics en vosotros cuando érais niños?

AR: Una gran influencia.

JR:Los coleccionábamos y nos inspiraban mucho. Nos encantaba la mitología de todos estos personajes. Por eso cuando nos ofrecieron la primera película del Capitán América, El Soldado de Invierno, fue como un sueño hecho realidad porque teníamos una gran conexión emocional con esas historias y con nuestra infancia. Como artista, no creo que haya algo más inspirador que trabajar en un proyecto que te recuerda a tu propia infancia.

Gabriel Lerman

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