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Guerras, crisis e invasiones secretas

El «crossover» superheroico en el cómic

Lo que ha hecho Marvel con «Vengadores: Infinity War» es algo sin precedentes en la industria del cine. Una fórmula que los fans del cómic conocen muy bien, pero que es prácticamente inédita en el mundo del cine. No faltará quien señale títulos tan locuelos como «Invasión extraterreste», que ya unía a Godzilla, Mothra y todos los monstruos de la Toho en un film absolutamente delirante para la época. Pero esto es otra cosa.


Infinity War supone la culminación de diez años de planificación. De personajes que se han presentado poco a poco, en sus propias películas, que se han cruzado y mezclado durante un montón de años. Y todo esto desemboca en dos películas: un auténtico evento que no tiene nada que envidiar a los de los tebeos.


Arriba: viñetas de «Vengadores vs Defensores» y «Contienda de Campeones».


Los tebeos de superhéroes viven de los eventos desde hace al menos treinta años. Lo barato e inmediato del medio daba lugar a intrincadísimos entramados de universos y subuniversos que se retroalimentaban. Marvel fue la pionera en tomarse un poco en serio lo de crear una continuidad compartida: lejos de cualquier plan maestro, se trataba de fidelizar al lector y atraerlo a otras colecciones. Al ser Stan Lee durante años el principal guionista y editor de la empresa, todo estaba centralizado y se realizaba de una manera natural. DC contaba con diferentes editores para cada personaje, haciendo que estos estuvieran apartados unos de otros y que la continuidad y los crossovers fueran mucho más raros y ligeros.

El primer crossover con cierto nivel y desarrollo en varios títulos fue «Vengadores vs Defensores», que tuvo lugar a lo largo de varios números de ambas colecciones. Allí se copió y magnificó una vieja fórmula de la DC: dividir a los grupos de héroes en pequeñas unidades. Una manera de trabajar que funcionaba a la hora de manejar pequeños grupos.




DC, por su parte, se conformaba con unir a personajes ocasionalmente, o en unas tradicionales «Crisis», en las que se reunía a la Liga de la Justicia con su contrapartida de Tierra-1, un universo paralelo donde vivía la más veterana Sociedad de la Justicia.

«Contienda de Campeones» (1982) fue el primer intento de evento desarrollado en una colección paralela, y con una portada repleta de todos los astros de la compañía. El concepto era totalmente peregrino: un All-Star de personajes divididos en dos equipos, una chorrada que se podía hacer cuando nadie tenía la constancia de estar haciendo algo grande con estos cómics… Sino simplemente haciendo tebeos divertidos.

¡MUNDOS VIVIRÁN! ¡MUNDOS MORIRÁN!

Pero fue DC la que creó el modelo a seguir. «Crisis en Tierras Infinitas » (1985) fue el primer mega-evento moderno, tal y como lo consideramos hoy en día. Ninguno ha tenido el impacto en un universo como lo tuvo este: reinició 50 años de continuidad, acabando con todas las dimensiones paralelas y unificando sus personajes en un nuevo universo. Y por si fuera poco, salió fenomenalmente bien, con una historia que estuvo cebándose durante años, dando lugar a un guión estudiado, respetuoso y emocionante. Lo que propuso la DC en su momento era tan inaudito que se estuvo preparando al público para lo que se venía encima. Aún tiene que ser superado.

Marvel reaccionó como hacía en tantas ocasiones: subiéndose al carro. Sus «Secret Wars» (1984) fueron organizadas rápidamente para adelantarse a la competencia. Esta iniciativa no partió desde la propia editorial, sino a raíz de un acuerdo con una compañía juguetera. Mattel quería lanzar algún tipo de colección de muñecos con los personajes más populares de la empresa. Los estudios de mercado habían demostrado que las palabras «guerra» y «secreta » resonaban con fuerza entre los pequeños de la casa. Así que la colección tendría que llamarse «Guerras secretas». El resultado: una chapuza que encantó a los críos y que, al menos, sí que tuvo su repercusión en las colecciones habituales.



Una vez descubierta la fórmula, nunca se abandonaría. Las ventas de todos los títulos se disparaban al estar relacionadas con estos acontecimientos, que normalmente se reservaban para el verano. Marvel y DC cumplían religiosamente todos los años, ofreciendo diversas propuestas cataclísmicas, que afectaban a todas las colecciones, y que solo una conjunción de héroes podía evitar. Entre los más recordados están algunos como «Legends», «La Guerra de los Dioses» de la DC… O, claro está, «El Guantelete del Infinito». Claro que luego teníamos cosas tan bochornosas como «Millenium» o «Secret Wars II», pero que aún contaban con una aureola de trascendencia, en las que todo podía pasar y que podían dejar huella de manera permanente.


Los tebeos de superhéroes viven de los eventos desde hace al menos treinta años, dando lugar a intrincandísimos entramados de universos y subuniversos


Otra imagen de grupo de «Secret Wars».


HARTOS DE TANTA ÉPICA

Entrados en los 2000, y ante la pérdida progresiva de lectores, las dos grandes compañías tratan de fidelizar a los que aún permanecen encadenando evento tras evento. Aunque cosas como «Flashpoint» o «Civil War» funcionan y tienen su trascendencia, la mayoría tienen efectos demasiado fugaces en sus respectivos universos. Muchos aficionados lo perciben, y expresan su rechazo a tanto crossover. Cuando todo es un evento, nada lo es.


Espectaculares portadas de «Civil War», «Flashpoint» e «Infinity Countdown».



Hasta 25 eventos y crossovers se suceden entre 2007 y 2017. Algunos títulos encadenan tantos cruces que pierden toda identidad, sirviendo únicamente como precuelas o resonadores de dichos sucesos. Una crítica que también ha acabado llegando al mundo del cine: son habituales los comentarios que afirman que tal o cual film de Marvel es «un episodio más antes de Vengadores».

Tras casi dos décadas sin parar, Marvel prometió en 2017 que pasarían «al menos 18 meses sin grandes “crossovers”», dejando respirar a las colecciones. El anuncio de «Infinity Countdown» a principios de año deja claro que era una promesa imposible de cumplir. En el mundo del cine, sin embargo, la taquilla demuestra que el espectador medio aún no ha llegado a ese punto de hartazgo. En realidad, la gran pregunta que se hacen los fans es… ¿qué vendrá después del díptico del infinito? Solo El Todopoderoso –o sea, Kevin Feige– lo sabe.

José Viruete

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