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MEGALODÓN: Jason Statham contra un tiburón prehistórico

EL PROYECTO DE THE MEG, QUE EN ESPAÑA conoceremos como Megalodón –nombre de un gigantesco tiburón prehistórico de alrededor de 30 metros, que se supone se extinguió hace más de dos millones de años–, venía arrastrándose desde hacía más de una década. En 1997, Steve Alten publicaba en los Estados Unidos «Meg», la novela que ha dado pie al film, y cuyo éxito de ventas generó varias continuaciones asimismo escritas por Alten y que, en el caso de que Megalodón funcione en los cines de todo el mundo este verano tan bien como se espera, serían la base de la(s) preceptiva(s) secuela(s): «Meg: La fosa», «Meg 3: Aguas primitivas», «Meg: Hell’s Aquarium», «Meg: Origins» y «Meg: Nightstalkers».




El primer intento de adaptación al cine tuvo lugar el mismo año que se publicó el libro en los EE.UU. Disney adquirió los derechos cinematográficos por un millón de dólares, pero el proyecto entró en dique seco como consecuencia del éxito inesperado, dos años después, de la producción de Warner Bros. Deep Blue Sea (Renny Harlin, 1999), también con tiburones de por medio. Alten, frustrado por la lentitud con la que iban las cosas, escribió su propia versión del guión y se la mostró al productor Nick Nunziata, quien a su vez se lo enseñó a Guillermo del Toro, y este, a Lawrence Gordon y Lloyd Levin, quienes en ese momento estaban produciendo Lara Croft: Tomb Raider. La cuna de la vida (2003), bajo la dirección del exdirector de fotografía y luego realizador (es un decir) holandés Jan De Bont. New Line Cinema recompró los derechos de la novela y De Bont se puso al frente de una producción presupuestada en 80 millones de dólares, producida por Colin Wilson, con diseño de producción a cargo de William Sandell y efectos visuales supervisados por John Nelson, con vistas a ser estrenada en el verano de 2006. Un cálculo más realista de la producción la fijó en unos desorbitantes 200 millones, y New Line también tiró la toalla. Finalmente, Warner se hizo con el proyecto y, tras confiárselo inicialmente a Eli Roth (El justiciero) –quien partía de un guión propio, quería que el film tuviera una calificación R (mayores de 18 años y menores acompañados) en función de su elevado contenido violento y, según rumores, estuvo tentado de protagonizarlo él mismo (sic)–, ha acabado dándoselo al mucho menos conflictivo Jon Turteltaub (La búsqueda 1 & 2).


Jason Statham y Li Bingbing son los protagonistas de esta coproducción entre EE.UU. y China, de temática fantástica




Con un presupuesto de 150 millones de dólares, Megalodón es una coproducción de los EE.UU. con China, lo cual explica la participación de la estrella del cine y de la canción china Li Bingbing como coprotagonista de la película, junto con el británico Jason Statham. A nadie se le escapa a estas alturas que China es el mercado foráneo más importante de Hollywood, donde han triunfado films que han sido fracasos en el mercado norteamericano. La película se centra en las aventuras de Jonas Taylor (Statham), un buzo de aguas profundas, que, junto con los miembros de una base científica en el fondo del mar –Suyin Zhang (Li Bingbing), Jack Morris (Rainn Wilson), Jaxx Herd (Ruby Rose), el Dr. Minway Zhang (Winston Chao) y James «Mac» Mackreides (Cliff Curtis)–, deberá hacer frente a la amenaza que supone un escualo gigante que ha decidido abandonar su zona de caza en el fondo del océano y saborear un plato que hasta ahora le era desconocido: la carne humana. Con fecha de estreno en los EE.UU. y en España prevista para el 10 de agosto, Megalodón ha sido rodada, con algún que otro susto de por medio –la actriz australiana Ruby Rose (Orange Is the New Black, John Wick: Pacto de sangre) estuvo a punto de morir ahogada rodando una escena bajo el agua–, en Nueva Zelanda y China.

Oscar Paredes

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