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Algunos secretos de «Paranormal Activity»

La popular película de terror de Oren Peli Paranormal Activity (2007) tuvo un origen de lo más cotidiano. Según su guionista y realizador, la idea se le ocurrió cuando hacía poco que acababa de instalarse en su nueva casa, una vivienda repleta de ruidos normales y corrientes que a él le parecían inquietantes porque todavía no se había acostumbrado a ellos. Lo cual le llevó a plantearse la posibilidad de hacer un film sobre la siguiente premisa: ¿qué pasa en nuestra casa mientras dormimos? Para él, supuso su primera experiencia cinematográfica, pues nunca antes había hecho una película, y prácticamente tuvo que irlo aprendiendo todo a medida que iba rodando. El film se rodó sin un guión previo y en tan solo una semana, y se grabaron hasta 70 horas aprovechables para el montaje. Una vez que estuvo terminada, no todo fue un camino de rosas: el festival de Sundance rechazó incluirla en su programación de ese año, y tuvieron de pasar dos años antes de que alguien se interesara por ella. Ese alguien fue nada menos que Steven Spielberg, quien adquirió el film con vistas a distribuirlo a través de Dreamworks. No obstante, la primera idea de Dreamworks no era estrenarlo tal y como lo había hecho Peli, sino rehacerlo por completo, pero con más presupuesto. Pese a todo, quisieron darle una oportunidad a la película original, y se organizó un pase previo de prueba para público seleccionado. La primera impresión fue muy negativa, pues daba la sensación de que a la gente no le había impresionado en absoluto. Pero lo cierto es que, una vez repasadas las encuestas de la audiencia, descubrieron que lo que realmente había ocurrido es que el film les había aterrorizado tanto que se habían quedado, literalmente, sin habla… Además de cambiarse el primer final, introduciendo el que se vio finalmente en cines, con la protagonista femenina, Katie Featherston, matando a su esposo en la ficción, Micah Sloat, y convirtiéndose en una especie de demonio, se montó alrededor suyo una astuta campaña publicitaria, ocultando la verdadera identidad de sus intérpretes para hacer creer al público que sus protagonistas eran personas reales y que estaban muertas… Gracias a todo ello, Paranormal Activity fue y sigue siendo a día de hoy la película más rentable jamás realizada: costó 15.000 dólares y acabó haciendo una taquilla mundial de 193 millones.

Profesor Moriarty

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